Toledo. La ciudad del Greco y de los mazapanes.

Con motivo del IV centenario de la muerte del Greco, Toledo se prepara para un año de grandes eventos. La excusa perfecta para coger el coche y hacer una escapada. Yo estuve en el concierto de apertura este fin de semana y lo recomiendo al 100%. Veinte iglesias tocando conjuntamente, fuegos artificiales y mucho ambiente. Todo un lujo.

En nuestra visita express pateamos todo el casco antiguo, desde la  Catedral de Santa Maria al Alcazar, pasando por el museo del Greco o la Iglesia de Santo Tomé.

Como no iba a ser menos, después de largas caminatas, subidas y bajadas, nos metimos en el cuerpo unas comilonas de espanto. Vamos que ahora estoy a base de pan y agua, pero, sin lugar a dudas, ha merecido la pena!

Sin marear más la perdiz… aquí van mis recomendaciones! Un clásico entre los clásicos es  el restaurante Adolfo situado en la judería toledana. Con  una Estrella Michelin bajo su brazo, se impone como uno de los grandes lugares del buen comer.  Especialidades como el solomillo de ciervo hacen buena la visita.

Si lo que buscas es algo más económico y casual, el abanico es más amplio. Tenéis  la Taberna- Restaurante Alfareritos 24. Un sitio cuidado y moderno que ofrece de manera ininterrumpida comida típica toledana. De un lado el restaurante y del otro la taberna,  con un ambiente distendido  e informal. Os recomiendo pedir el PICA PICA. Un acierto. Ciervo a la plancha con salsa de setas, patatas con mojo y alioli, croquetitas…todo es su versión mini. El gran descubrimiento  fue el Rioja, Arnegui. Top!

A solo un minuto de ahí, tenemos la  Albadía. Uno de los restaurantes más recomendados de la ciudad por su calidad-precio. El edificio es un antiguo palacio del S.XVI. La carta de cervezas es interminable y tiene pinchos muy a la altura. Este es el caso de las croquetas de jamón  o de la ensalada de perdiz escabechada.

  

Otro mítico donde los haya es Trébol (de los mismos dueños que la Albadía). La barra esta siempre llenísima y sentarse se convierte en todo un reto. Como no teníamos prisa, decidimos amenizar la espera con un par de vinitos. La pulga de ciervo, la “bomba” (patata rellena de carne) o el pincho de anchoa fueron los pinchos más demandados. El primero de ellos me fascino, la patata es literalmente una bomba y las anchoas no me gustan así que ahí no os puedo ayudar…Cuando nos sentamos pedimos una ensalada de tomate y unos chipirones con salsa romescu  para rematar la jugada. Todo muy rico la verdad.

Como nota curiosa, señalar que el suelo es de cristal para dejar ver restos de una antigua muralla islámica!

Os recomendaría algún sitio de copas pero acabamos a las 2.30 am un tanto perjudicados, con un mini en nuestras manos y rodeados de extranjeros de Erasmus por lo que voy a saltarme esta parte.

Asignaturas pendientes: La Pepa, Locum y el Recaredo. Visitas obligatorias.

No quiero acabar sin antes darle las gracias a Santi, gran conocedor de la buena comida, y principal guía de la ruta gastronómica de hoy.

Buena semana membrill@s!